jueves, 22 de septiembre de 2011

Reflexión


A dónde va a parar el periodismo.

Hay personas que nacen, otras que se hacen, y hoy en día cualquiera con internet y un blog se hace llamar periodista.

¿Qué diferencia tiene  un blogger a un periodista?

Hoy no sólo se busca una persona que sepa escribir, también debe saber hacer videos, utilizar la web, saber de radio, hacer podcasts y todo lo que implica ser un periodista; ese que planea ser parte de la web 2.0.  Los periódicos impresos están desapareciendo, y como dice Leila Guerrero, ya la gente no quiere leer.

¿Alguna vez se han preguntado por qué la gente no quiere leer? ¿Será una posibilidad el hecho de que se encuentran aburridos de los mismos temas, o la trágica situación del país los anestesió?

Tristemente llega un punto en que tanta sangre y sufrimiento se vuelve algo común. Se convierte en un tema que ya no penetra en los sentidos,  simplemente pasa inadvertido. Lo difícil ahora es lograr que alguno de ellos sobresalga,  aquí es cuando entra el amarillismo. Periodistas han ganado premios, trofeos manchados de mentiras y engaños. Han llegado al punto de pagarle dinero a personas para que mientan frente a la cámara. Esos que han llegado a decir que comen periódico con agua panela para hacer llorar al espectador. ¿Y qué pasa con las situaciones reales? Porque la pobreza si existe, y los más necesitados están llenos de historias que contar. La cuestión es el motivo de contar esas historias. ¿Cuál es la intención del periodista al contar estas historias? ¿Se está haciendo una denuncia social para lograr un cambio, o simplemente se usan lágrimas para subir el rating?

Actualmente los medios no pueden estar funcionando sólo para entretener. El poder que tienen los medios de comunicación es incalculable y por esto la responsabilidad de los periodistas es grande. Al existir periodistas que no tienen los pantalones puestos, hay otros que tienen un blog que los suplantan. Muchas veces los artículos y crónicas de esos blogs llaman más la atención que los que se escriben en un periódico. ¿Por qué?

Son reales.

Los periodistas de hoy, por reglas y por innovaciones, se han alejado de la realidad. Simplemente le tocan a la puerta y si no responde rápido se quedan sin conocerla. Ahora todo es más superficial y sólo pocos se atreven a sumergirse y empaparse de los hechos. Actualmente según el medio para el que escribas se decide lo que piensas y opinas. Si llegas a escribir algo que le molestó a los dueños, puedes ir recogiendo tus cosas. Es una libertad de expresión rara. Por eso tal vez llama más la atención lo que escriben los que se hacen llamar periodistas (blogers), no se rigen bajo reglas y no tienen que limitar su libertad de expresión. Ellos escriben del corazón.

Una de las grandes diferencias que encontramos son los temas que tratan. Mientras que unos se empeñan en amarillismos y en complacer a sus jefes, otros van más allá. Estos blogers no sólo escriben de temas que te pueden hacer llorar, escriben de temas que te hacen reír, investigar, sonreír y querer saber más. En América Latina los temas felices o neutrales pasaron a un segundo plano. Como todo en esta vida es de ganar, los temas tristes venden más. Como dice Juan José Hoyos en su libro “Escribiendo historias, El arte y el oficio de narrar en el periodismo”, el hecho de que un tren funcione bien, no es noticia, mientras que en el instante en que deja de funcionar se convierte en una. Las historias están allí dispuestas a ser descubiertas. Se esconden de personas que las vayan a tratar mal. Y como dice Hoyos, no existe una mala historia, todo depende de cómo se abarque.

Daniela Manotas Arocha.

2 comentarios:

  1. Tienes un buen tono, un buen ritmo, reflexionas con claridad, podrías haber desarrollado más el texto para que no queden preguntas sin resolver.

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  2. Manejas buenas ideas, pero planteas muchas preguntas y no a todas les das respuestas. Esa es la gran falla. Faltó involucrar un poco más a los autores de los que hablamos en clase, sin que ellos sean los protagonistas, tus ideas lo son y eso es lo rescatable.

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